Cul  de bouteille (Cuatro ojos), relata una historia simple. Es la historia  de cómo al niño Arnaud le cambia la vida cuando le ponen gafas, unas  gafas grandes y de cristales gruesos. Estaba horrible con las gafas, ni  siquiera sus padres se acostumbraban a su nuevo aspecto. Lo peor fue que  a Arnaud no le gustaba el mundo que veía a través de sus nuevas lentes.  Ya no era un mundo animado, vivo, mágico como el de antes. Las gafas no  le permitían ver mejor, sino de otro modo, estrechando su mundo.  “Arnaud prefería contemplar el mundo sin ellas, a oscuras”. Su maestro  siempre le obligaba a ponerse las gafas. Sus compañeros de colegio le  insultaban: “¡cuatro ojos!¡cuatro ojos!”. Un día, al salir del cole, en  un gesto de rebeldía y de hartazgo Arnaud decide prescindir de sus gafas  y las tira, se deshace de ellas. Al anochecer, el niño se pierde en las  calles de la ciudad y está a punto de ser arrollado por un tren. ¡Deja  de ser un niño!, le soltaron sus padres cuando Arnaud dijo haber visto a  un dragón y no a un tren, “¡ya es hora de que madures!”. 
Se puede ver aquí.
Se trata de una historia sobre la fragilidad de la infancia; una historia sobre la infinita distancia que separa a los humanos, sobre todo a los que no se buscan, a los que no persiguen entenderse; es también una historia de poder, de relaciones de poder, y una historia de resistencia, la resistencia de Arnaud a ver el mundo como los demás, como los adultos, como la mayoría. Así, las gafas se convierten en una metáfora de la imposición de un único modo de ver el mundo; le son impuestas desde el mundo de los adultos y terminan mutilando el suyo propio. Se trata de la imagen de la pérdida de la imaginación y del juego espontáneo de la infancia. Es una historia triste. Como la historia, pensé de modo espontáneo, que se escribe en la escuela cada día.
¿Podríamos  concebir las gafas de esta historia como metáfora de la escuela? Más  allá de lo apropiado de esta lectura y de la adecuación de la misma a  las intenciones del creador de la historia, buena parte de las dinámicas  de la escuela, de las fuerzas que en ella operan, constituyen elementos  que anulan, en gran parte, los aspectos creativos de los niños. La  escuela, las gafas, no permite ver más y mejor, ensanchando el mundo  sino que socializa, normaliza, eliminando diferencias, imponiendo un  discurso, unos modos de relacionarse con los demás y con el mundo. Una  lógica reproductora domina la vida de los alumnos y también la práctica  docente. Una lógica reproductora que consigue domesticar a los  niños-adolescentes a fuerza de cercenar sus energías creadoras. 
La  tristeza de Arnaud la reconocí enseguida. Tengo unos cuantos alumnos  por grupo que padecen de ese mal. Una tristeza que tiene que ver con la  resignación de verse sometidos cada día a una lógica que los anula, que  los contrae. Son los alumnos menguantes. Me acordé particularmente de  Bleidy Bultaif Barros, una alumna a la que he oído criticar el  sinsentido de las prácticas escolares y que suele publicar textos en su blog de filosofía muy viscerales, casi siempre llenos de dolor, de tristeza y de rabia. Transcribo a continuación tres de sus escritos.
Depresión.
Todos  ansiamos alguna vez ser libres por fin. Da igual la edad, todos lo  soñamos de vez en cuando. Aquel que es menor de edad está deseando ser  mayor para decidir su propio camino. También aquel que está empezando a  buscar trabajo y desearía estar viviendo en casa con su madre y hacer lo  que quiera sin necesidad de hacer mucho. Hasta aquellos que ya están en  una gran madurez de su vida moral y desean volver a ser niños y no  tener preocupaciones ni responsabilidades de ningún tipo.
¿Por  qué nos prohíben cosas? Dicen que algún día se lo agradeceremos... pero  yo creo que es un intento fallido de hacer cambiar de parecer a una  persona haciéndola o "intentando" que crea que está mal aquel acto o  pensamiento. ¿No se dan cuenta que lo único que ganan es una represión y  un rencor enorme? Mientras te hundes poco a poco va naciendo en tu ser  un sentimiento horrible. Un sentimiento que te quedará el resto de tu  vida. Puede llamarse odio, también resentimiento.... o simplemente ganas  locas de poder cometer tus errores aprendiendo y tomando nota de ellos  para no volverlos a repetir. Pero no ganas nada con evitarlo.
En eso consiste la vida, elegir y tener conciencia sobre los actos que nos repercuten. 
¿Crees que somos libres?
Ojalá  no hubiera nacido nunca. Ojalá todas las personas de este planeta  fueran humanas. Ojalá no hubiera grandes industrias que controlaran  todo. Ojalá no metieran subliminalidad en películas para niños pequeños.  Ojalá no nos lavaran el cerebro con música diseñada para no hacer  pensar. Ojalá las guerras no existieran. Ojalá los niños no murieran de  hambre. Ojalá los ejércitos no existieran. Ojalá el capitalismo no  hiciera daño a nadie. Ojalá no hubieran prejuicios. Ojalá no hubieran  ricos y pobre, sino todos por igual. Ojalá una madre no tuviera que  prostituirse para alimentar a sus hijos. Ojalá no hubiera tráfico de  personas. Ojalá no hicieran experimentos con animales. Ojalá no nos  mintieran constantemente. Ojalá no se practicaran genocidios. Ojalá no  subvencionara los genocidios nuestros gobernadores o mejor dicho  "defensores del pueblo". Ojalá existiera la felicidad. Ojalá todas las  personas pensaran por sí mismas. Ojalá no se alimentaran de nuestros  sentimientos. Ojalá no hubiera fuerzas superiores a los humanos. Ojalá  el dinero que hay en el vaticano se repartiera por toda África, Asia y  América del sur. Ojalá la gente no fuera tan imbécil. Ojalá no  existieran fronteras. Ojalá no existieran gobiernos, ni policía. Ojalá  la sanidad fuera gratis. Ojalá todo el mundo fuera comprensivo. Ojalá no  nos engañaran como lo hacen con todo. Ojalá nuestro mundo fuera NUESTRO  y con nuestro me refiero a los humanos.
Tengo envidia de aquel que no esté en este puto planeta para monarcas y burgueses reptiles. 
Preguntas claves.
Y  es que es imposible. Imposible. No puedes parar de pensar por tan solo  un instante, un simple instante en el que dejes tu mente en blanco, sin  pensamiento alguno, sin cualquier necesidad de formularse aquello de lo  que huyo. Huyo de las preguntas. Quiero huir de las preguntas.
No  hacemos más que formular preguntas que nadie nos contestará. Nadie ni  nada es capaz de contestar esas preguntas, bueno muchas de ellas sí te  las puede contestar alguien o algo de una manera u otra, pero eso es  como ya digo, IMPOSIBLE. Ningún "manda-más" va a venir a darte  explicaciones de las cosas que ves y vemos claramente, pero que nadie se  las cree.
Por que en este mundo nos han convencido que la ficción sólo existe en las películas, pero yo creo que no.
Aquel dicho es muy cierto: La realidad supera la ficción.
Y  es así. La supera con creces. De hecho creo que las películas las sacan  de la propia realidad que vivimos con vendas en los ojos.
Así de negro veo el "futuro" que nos intentan vender. 
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