Mostrando entradas con la etiqueta pedagogía crítica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta pedagogía crítica. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de marzo de 2013

Explicar no enseña




"Desafortunadamente, como padres, no hemos llegado a darnos cuenta de que explicar es un medio ineficaz para estimular la comprensión. Por eso le decimos una y otra vez a esas cosas que creemos que necesitan comprender; incluso nos preguntamos por qué tenemos que repetirlas tan a menudo. No importa cuántas veces se lo digas, tu hija no aprenderá nunca a poner su ropa en el cesto, ¿verdad?. Y ese hijo vuestro, siempre reventando el estéreo, no entenderá nunca la amenaza a largo plazo que representa para su oído, independientemente de lo frenéticamente que le avises y de la frecuencia con que lo hagas.
Puedes estar diciéndole a tu hijo de cuatro años hasta que te canses que imagine antes de hacerlo cómo se sentirá su hermana de dos si le arrebata su juguete, pero será inútil. Sencillamente es demasiado pequeño para colocarse a sí mismo en el lugar de su hermana; la tarea está, cognitiva y emocionalmente, más allá de su alcance. Si pudiera dar el paso que quieres que dé, en verdad entendería el mundo de una manera diferente: sus nociones de lo correcto y lo incorrecto serían más profundas. Pero decirle que dé ese paso no significa que le hayamos proporcionado las condiciones para que pueda darlo, y no importa cuántas veces se lo digas. Explicar es sencillamente ineficaz para enseñar las cosas que nos parecen más importantes.
¿Por qué, entonces, nuestros maestros consumen tanto tiempo de nuestra niñez diciéndonos cosas?. La popularidad de Explicar, ¿no garantiza su legitimidad como modelo de enseñanza?. Si la pregunta es qué hacen realmente los maestros con su tiempo, debemos reconocer que Explicar ocupa el primer lugar de la lista. Pero si nos preguntamos aquí sobre la “buena docencia”, no sólo por la “docencia más frecuente”, y añadimos que nuestra experiencia nos dice que la buena docencia es escasa, nos daremos cuenta de que analizar los casos más frecuentes no nos lleva a ninguna parte.
Deshaciéndonos de la noción de que en el fondo dar clase consiste en Explicar, podemos comenzar a vislumbrar otras formas de dar clase. A partir del momento que olvidamos el axioma de que dar clase es igual a Explicar, no es difícil imaginar alternativas."
DON FINKEL, Dar clases con la boca cerrada (págs. 37-38)

jueves, 28 de junio de 2012

Hace 300 años nació Rousseau


"No se debería exigir nada a los niños por obediencia (...). No deben aprender nada de lo que no perciban que tiene auténtica e inmediata utilidad (...). El interés inmediato: ése es el gran promotor, el único que conduce seguro y adelante". Jean Jacques Rousseau

sábado, 24 de marzo de 2012

El pensamiento como comunicación internalizada

“Desde el momento en que estamos comprometidos por una educación para el pensamiento complejo, es evidente la enorme importancia que adquiere el desarrollar proyectos curriculares y pedagógicos que eduquen para el juicio. Y ello se podrá hacer si utilizamos aquellos elementos de la teoría pedagógica que se han mostrado valiosos para la práctica educativa. Y me estoy refiriendo especialmente a la noción de que el pensamiento de un sujeto es en gran medida la internalización de lo que ha sucedido en el grupo o grupos en los que ha participado dicho individuo. Este movimiento de lo social a lo individual viene ejemplificado en la forma en que los niños adquieren el lenguaje de sus padres y se apropian de los significados de la civilización en la que han nacido. Por ello deberíamos empezar por plantearnos el pensamiento como un hecho social y cuestionarnos el tipo de fenómeno social que representa. A su vez esto nos ayudará a comprender mejor qué tipo de enseñanza hemos de desarrollar para que potencie el pensamiento en nuestros alumnos y alumnas.
A medida que crecen los niños ellos van internalizando -replicando en su propio pensamiento- los procesos de comunicación que descubren en sus familias. Si el aula representa una continuidad con el hogar ésta debería poder replicar la comunicación comunitaria que se da en la familia. Si el aula va más allá de dicha continuidad debería proporcionar un apoyo especial a las actitudes indagadoras de los niños para convertirse no sólo en una comunidad comunicativa, sino en una comunidad de investigación. Presentamos a continuación algunos rasgos de conducta que aparecen en una comunidad de investigación que ha sido internalizada por sus miembros individuales.

Rasgos de conducta de una comunidad
Conductas internalizadas por los individuos
Los miembros se interrogan unos a otros
Los individuos se interrogan a sí mismos
Los miembros se cuestionan entre sí las razones de sus creencias
Los individuos reflexionan sobre las razones subyacentes a su pensamiento
Los miembros construyen sus ideas sobre las de los demás
Los individuos construyen sobre sus propias ideas
Los miembros deliberan entre sí
Los individuos deliberan con su propio pensamiento
Los miembros ofrecen contraejemplos a las hipótesis de los otros
Los individuos anticipan contraejemplos a sus propias hipótesis
Los miembros apuntan las posibles consecuencias de las ideas de los otros
Los individuos anticipan las posibles consecuencias de sus ideas
Los miembros utilizan criterios específicos al realizar juicios
Los individuos utilizan criterios específicos cuando realizan juicios
Los miembros cooperan en el desarrollo de técnicas racionales de resolución de problemas
Los individuos siguen procedimientos racionales cuando se tratan con sus problemas


Y así sucesivamente con el resto de actos y procesos cognitivos: aparecen en cada uno de nosotros como adaptaciones a las conductas grupales. Y desde que el pensamiento es la emulación  individual de las normas y conductas sociales, lo más racional de una conducta institucional o social será la internalización reflexiva. Una comunidad que haya institucionalizado modelos de criticismo entre sus miembros ha sembrado la semilla para que éstos sean sujetos cada vez más autocríticos, autogobernados y autónomos.
Hay que añadir  no obstante que la autonomía es un término espinoso a tratar con gran precaución. Evidentemente está conectado con los atractivos conceptos de autogobierno, autorregulación y autocorrección, pero existe el peligro de que individuos o grupos autónomos se consideren a sí mismos autosuficientes ignorando cualquier influencia externa. Ello supone una traición a la verdadera autonomía, pues culmina en el mito de la propia infalibilidad. Como aquella nación que considerándose a sí misma autónoma e ignorando el criticismo de otros pueblos del mundosólo atiende a sus propios críticos internos si es que de verdad escucha a alguien.”

M. LIPMAN, Pensamiento complejo y educación. Ediciones de la Torre, 99-101.